sábado, 28 de marzo de 2009

Cumbieros y Floggers

Hace unos días me topé con la noticia de que en Argentina, un grupo de "cumbieros" (similares a nuestros "planchas", esos agradables muchachos de pelo teñido, gorrita y zapatillas deportivas Nike, consumidores de pasta base y cumbia villera) había matado (literalmente) a golpes a una "flogger" (personaje de moda entre los jóvenes porteños, cuyas características incluyen vestirse ridículamente, usar extravagantes peinados, publicar fotos en un fotoblog y cuyos mayores representantes son un niño de 13 años algo afeminado, auto-proclamado "el príncipe flogger", un tal Marco Collom, y una joven bisexual de 17 años cuyo alias es "cumbio")...

También escuché sobre algunos "emos" (otro tipo de personaje emparentado al flogger en cuanto a algunas costumbres, pero que gustan de taparse entre un 40 y un 70 por ciento de la cara con pelo, que forman parte del grupo de los que no se sienten parte de ningún grupo porque son "especiales", tienen "tendencias" autodestructivas (aunque solo sea de la boca para afuera, ya que su mera existencia como grupo es la prueba veraz de que solo hablan de suicidio porque es parte fundamental filosófica de dicho grupo, y no porque en la realidad piensen en hacerlo...), son pesimistas, sus problemas son los más graves, nadie los entiende, blah, blah... (eso se escucha mucho entre los "teenagers" normales), pasan escuchando música gótica de tendencias siempre negativas, y además pasan lloriqueando por los rincones, (porque son "EMO"tivos... ¿vistessss?)), golpeados por otros grupos "opositores".

Se imaginarán por lo que están leyendo que los dos (o tres, en realidad) tipos de personajes me desagradan, dada la falta esencial de contenido real, llamémosle "trascendental" en sus existencias y los problemas en su filosofía de vida (es un común denominador de la juventud ponerse una etiqueta "cool" que lo identifique con algún grupo social, aunque dicho grupo carezca de sentido, razón de ser o motivo), aunque no golpearía ni mataría a ninguno por gusto si me lo cruzara en la calle.

Creo que cada uno tiene el derecho de sentirse miserable u orgulloso de la vida que eligió, y hacerlo público si así lo siente y lo quiere, sin que los demás tengan porqué inferir en sus vidas, así que el hecho de que se golpéen hasta matarse en actos que rayan el absurdo por el simple hecho de pertenecer a un grupo o a otro, además de ser repudiable, es lamentable y triste ejemplo de cómo la sociedad sigue "evolucionando" hacia la extinción, ésta vez gracias a la contribución de la intolerancia convertida en acción, expresada por integrantes cada vez más jóvenes de nuestro género.

No me malentiendan, no estoy diciendo que esto es algo nuevo o que es fruto de la juventud de hoy día, ya que las rivalidades tribales existen en todos los animales medianamente desarrollados, desde que el mundo es mundo, y si bien entre animales es un mal necesario para la supervivencia de los más áptos, entre personas (que no necesitan de la selección natural para perdurar como raza) es algo aberrante.

Lamentablemente, esto no va a dejar de suceder, ya que por mucho que algunos individuos se molesten en cultivar la cultura de la no-violencia, las masas actúan por impulso y los grupos siempre funcionarán como animales salvajes, atacando ante la menor señal de diferenciación entre integrantes de su propia especie, y cuanto más jóvenes, más difíciles de controlar y manejar son.

No sé qué es peor, si que la diversidad de tribus urbanas genere disputas sangrientas igual que hace miles de años, o que sus integrantes sean demasiado jóvenes como para darse cuenta de que hay un mundo de realidades diferentes a los efímeros ideales grupales fuera de su vida tribal, y que algún día tendrán que vivir en ese mundo del que hoy reniegan insensatamente.

Supongo que los que sobrevivan esa etapa de inmadurez crecerán y formarán parte del ese "mundo real" algún día, pero de la manera que se están dando las cosas, no estoy seguro de que eso sea bueno realmente.

EOF

sábado, 14 de marzo de 2009

Dispositivo de "sexto sentido"(?)

Hace algunos días, ví un artículo sobre un nuevo dispositivo que combina un proyector, una computadora y un sistema de sensores y scanners, para proporcionar una serie de servicios que incluyen reconocimiento de objetos, proyección de interfaces gráficas interactivas, detección de movimiento y consulta de información online.

El aparato parece interesante, aunque las opiniones al respecto del mismo son contradictorias. Yo creo que muchos de los servicios que brinda el aparato son completamente inútiles, aunque claro, supongo que el efecto "WOW" que produce vale más para los tecnófilos que la utilidad real del mismo. Es como los que compran el iPhone porque te permite usar los dedos para "jugar" con los datos (aunque el uso constante deje la pantalla del teléfono como un plato después de un asado...).

De todas manera, la combinación de tecnologías utilizadas resulta llamativa y creativa, aunque aplicado como se lo muestra, solo genere sospechas y más opiáceas visiones futurísticas del Big Brother... Talvéz se convierta en un aparato útil para especialistas en areas aún no definidas, pero por ahora, voy a ponerlo en mi lista de "cosas interesantes, inútiles e imprácticas".

:wq

domingo, 8 de marzo de 2009

Obama y las células madre

Hace algún tiempo, escribí un artículo sobre cómo el "pibe" Bush tenía vetada la investigación sobre células madre. Parece que el "morocho" que ocupa la "Ex-White House" se está dedicando a cambiar (de eso se trataba su campaña después de todo) este asunto. Si, Obama levantará el lunes las restricciones a la investigación con células madre, en forma de un acuerdo que permite la asignación de recursos estatales (léase "money") para dichas investigaciones.

Ya me caía bien por algunas de las cosas que venía haciendo (lo de Guantánamo, por ejemplo aunque muchos dirán que también Clinton lo había hecho, y que esta decisión puede ser revocada nuevamente...) , aunque está claro que el morocho se está haciendo enemigos entre los círculos de poder en su país...

Esperemos que estas decisiones no lo hagan acreedor al mismo trato que aquel muchacho, un tal "J.F.K."...

 
Gustavo Castro

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