lunes, 22 de marzo de 2010

Sigamos siendo generosos con los delincuentes

Hace pocos días, fuí de visita a la casa de mis padres, en el barrio del Hipódromo de Maroñas. En el frente de la casa, fuera del jardín y detrás de una columna del alumbrado público, ví algo que parecía ser una tarjeta de crédito o de acceso, doblada por la mitad. Me llamó la atención, así que la levanté y la examiné. Para mi sorpresa, resultó ser una tarjeta de acceso emitida por el Comando de la Fuerza Aerea Nacional, la cual pertenecía a un oficial de dicha institución. La tarjeta tenía detrás un texto que decía algo así como "en caso de encontrar esta tarjeta, llame a NNNNNNNN o a NNNNNNNN...", así que llamé y pude finalmente ponerme en contacto con la persona.

Resulta que esta persona había sido asaltada hacía pocos días, cuando estaba de visita en el barrio. Lo que más me llamó la atención fué que nombrara como atacantes a un grupo de delincuentes bastante conocidos, y que desde hace años atormentan a los vecinos de la zona. "Los pitufos", les dicen...

Conversando, me dijo que ni siquiera la policía se atrevía a entrar en donde viven estos malvivientes, lo cual disparó en mi una serie de sentimientos encontrados, mezcla de ira, impotencia e incredulidad.

¿La policía no se anima a entrar al lugar donde SABEN que viven estos malvivientes, que desde hace AÑOS azotan la zona del barrio de Maroñas? ¿Como puede ser posible?

Pues resulta que estos delincuentes son todos MENORES DE EDAD, así que aunque los fueran a buscar para encerrarlos (cosa que parece que ha pasado anteriormente), por ser menores, en el mejor de los casos, se los "invita a quedarse" en instituciones para menores peligrosos (que son por lo que tengo entendido, más que inadecuadas para el caso), de las cuales terminan fugándose, para regresar a las calles donde siguen haciendo lo único que saben hacer.

Han usado varias modalidades de robo y engaño en su historia, siendo la más llamativa el dejar un niño de dos o tres años en medio de la calle para que un vehículo se detenga, y así poder atacar a sus ocupantes con piedras y palos para arrebatarle cualquier cosa que tengan a mano, lastimándolos y destruyendo el vehículo en el proceso. También se los ha visto saltar de camiones en marcha con todo tipo de artículos, como ser lonas, cajas de enseres, ruedas auxiliares, herramientas y hasta garrafas de 13 kilos. Han instalado puestos de "peaje", en los que para pasar, hay que "dejar algo", y hay calles por las que ya ningún repartidor o vendedor pasa. Si alguien pasa por ahí, resulta ser que fué porque se descuidó, o porque no sabía en donde se metía. Sus métodos y la violencia que utilizan van escalando con el tiempo, lo cual es entendible, ya que sin importar lo que hagan, siempre se salen con la suya impunemente. Si algún día Usted se encuentra por el barrio Maroñas, recuerde pasar lo más lejos posible de la calle Victorica, a pocos pasos del Hipódromo, ya que ahí es donde TODO EL MUNDO SABE, HASTA LA POLICIA que viven estos delincuentes.

Y no se confundan, esto pasa desde hace varios años.

¿Cómo puede ser que esto siga pasando y que nadie haga nada al respecto? Y cuando digo nadie, es realmente NADIE, porque ni siquiera los mismos vecinos se meten, por miedo a las consabidas represalias.

Bueno, la "respuesta" obvia es que esta banda está formada únicamente por menores. Si, porque acá en Uruguay, mientras sos menor de 18 años, si querés podés matar a varias personas sin ser considerado un delincuente apto para ser juzgado como tal. También podés acumular decenas de entradas en las comisarías que se te ocurran, ya que nada impide que salgas por la misma puerta por la que entraste ANTES de que el damnificado termine de hacer la denuncia. Y como guinda para esta torta, aunque hayas sido un delincuente de los peores, una vez que cumplís los 18 años, sos una persona nueva, con un historial limpio e inmaculado, como cualquier otro ciudadano honesto del país, porque todas las entradas en comisaría y todos los delitos que hayas cometido se borran automáticamente, redimiéndote sin sufrimiento ni pena.

Definitivamente algo está mal acá.

¿Porqué hay delincuentes menores que tienen más de 50 entradas (si, leyeron bien, CINCUENTA) en comisarías, y siempre salen de nuevo a hacer lo mismo? ¿Porqué no basta con tres entradas para considerarlo un problema serio? O sea, una vez, capaz que es necesidad, dos veces, mirá, buscá una alternativa o la quedás... tres veces, para adentro y se terminó tu suerte... Pero acá no... decenas de veces nunca son suficientes. El peor delincuente que hay en nuestra carcel tiene más de setenta entradas, la mayoría como menor. Ahora sigue preso (o por lo menos eso creemos), pero ¿hacía falta que tuviera setenta entradas para que lo encerraran? ¡No, lo encerraron porque cometió un delito luego de haber cumplido los 18 años! ¡Las sesenta y tantas entradas anteriores no cuentan! Talvéz el juez que lo puso "a la sombra" haya considerado que esas entradas previas fueran un agravante, pero en un país donde por asesinato salís en 15 años máximo (a menos que te portes bien, ya que podés salir en la mitad de ese tiempo), probablemente eso no signifique absolutamente nada.

¿Qué hacemos los demás entonces? ¿Seguimos rifándonos la vida cada vez que salimos a la calle a trabajar? Lo lamento, pero creo que no podemos seguir aceptando eso.

Lo que vá a pasar es una de estas dos cosas:

O 1) Se modifican las leyes para cubrir de manera apropiada este vacío legal que representan los menores delincuentes, o 2) La gente, cansada de los atropellos y la inefectividad de la ley, va a empezar a tomar la justicia en sus propias manos, y el resultado va a ser un caos mucho más dificil de resolver.

Ésto último ya ha pasado antes, aunque no en forma masiva, así que todavía se está a tiempo de usar la primera alternativa. En la antigüedad, cuando un delincuente acosaba a un pueblo, muchas veces el mismo pueblo se hacía de armas, lo reducía y lo ajusticiaba, independientemente de que hubiera una ley que dictara que dicho comportamiento fuera legal o no. ¿Tendremos que llegar a eso acá también? ¿Vamos a dejar que siga escalando la violencia? ¿Donde se va a trazar una línea real y definitiva? ¿Esperamos a que haya 800 delitos por semana, 5 de los cuales terminan con víctimas muertas como en Caracas?

La gente tiene que unirse en contra de esto. Es el mismo principio del terrorismo: unos pocos atentan contra muchos, y los muchos, por miedo o por indiferencia, dejan que esto siga pasando. La ley no nos ampara, porque el menor es considerado dependiente y vulnerable, y no se pueden tomar acciones legales en contra de él, sino contra sus padres, cosa que de nada sirve, puesto que se encierra al negligente (pasivo) sin hacer nada contra el delincuente (activo). ¿Porqué no encerrarlos a ámbos, y hacer ejemplos de ellos?

Esto se tiene que terminar, rápida y efectívamente. Ya no puede tolerarse el crimen, sin importar los matices que se le quieran dar. No queremos que nos sigan vendiendo que es un tema de pobreza, que hay un contexto social dificil, que tenemos que ser más tolerantes, que tenemos que respetar los derechos humanos de los infractores y toda esa basura que usan para tratar de convencernos de que en realidad estamos bien y que las cosas se están haciendo de forma correcta. Lo que queremos es poder salir a trabajar sin rifarnos la vida, sin arriesgar que nos roben o maten por el contenido de nuestros bolsillos o carteras, y que se termine la impunidad de los delincuentes juveniles. Necesitamos una solución contundente, efectiva y directa, antes de que esto escale a niveles intolerables. No se trata solo de crear más trabajo, porque los delincuentes que tienen veinte o treinta entradas no tienen voluntad de trabajar, sino de "rescatarse" asaltando presas fáciles (léase "mujeres de cierta edad, jubilados, personas con niños, susceptibles de ser fácilmente amenazados", etc.). Es más fácil eso que levantarse temprano a trabajar... No nos mientan más con que si hay más trabajo y menos pobreza, se combate la delincuencia. Los delincuentes como "Los pitufos", son delincuentes de alma y están orgullosos de serlo (¿ya se olvidaron de aquel personaje que salió por televisión gritando a vivas voces "¡Plancha no se hace, se nace!"?), así que el tema no pasa únicamente por darles trabajo. No niego que algunos casos de necesidad requieren una revisión, pero ¿cuanto hace falta para darse cuenta de que un delincuente que tiene veinte entradas en la comisaría por robo, agresión, copamiento y/o asesinato es insalvable? ¿Somos tan ingenuos como para creer que TODO el mundo puede salvarse? ¿Donde quedan los derechos humanos de las víctimas, si seguimos preocupados por los de los delincuentes? ¿No les parece que estamos cada vez más blandos y que nuestro actual gobierno tolera más la delincuencia, posíblemente porque hace tiempo algunos de ellos supieron estar "de ese lado del mostrador" y tienen una visión algo diferente al respecto?

Señores, un proyecto de ley sólido, contundente y efectivo es imperativo, a menos que quieran que Montevideo se convierta en zona de guerra, como lo son ahora Caracas, Bogotá o las Favelas brasileñas, donde la mafia maneja las calles y los demás ciudadanos son solo números. Penas más duras cuanto más veces se delinque, menos contemplación para con los menores infractores, tres entradas y te quedás "guardado", disminución de la edad de imputabilidad, cárceles más apropiadas, donde no se permita ser premiado por la cantidad de disparates que se hacen a manos de los demás reclusos, sino al revés, etc.

¿Qué hace falta para que se haga algo enserio? ¿A quien se lo preguntamos?

:wq

 
Gustavo Castro

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