No, no es el nombre de una nueva serie de televisión basada en la historia de algún detective canario, cuyos lentes de sol reflejan playas con extraño parecido a las de Miami, donde bellas chicas pasean en mallas de dos piezas mostrando sus acostumbrados atributos...
Se trata de la historia del legado orográfico de Tabaré Hackembruch, perpetuado ahora por nuestro intendente Marcos Carámbula.
¿El problema? Simple: La frágil consistencia del suelo del que se componen las calles de la ciudad de la costa, y el estado de devastación y destrucción que presentan luego de una lluvia.
Básicamente, cada vez que llueve las calles se convierten en un entramado de pozos y lomas, distribuídos en un patrón semi caótico, que cabría suponer se trata de geoglifos, cráteres, u otro tipo de irregularidad geográfica. Esta disposición hace imposible a un vehículo (sea de la cantidad de ruedas que sea, desde un monociclo hasta un camión con zorra) evitar rebotar imparablemente, dependiendo de si las ruedas están en una cresta (superficie elevada que se crea entre dos pozos contíguos) o en uno de dichos pozos.
La velocidad máxima en estas condiciones es de 20 Km/h., con suerte... Ir más rápido es garantía de rotura en homocinéticas, llantas, amortiguadores o ejes... dependiendo del modelo de vehículo que se utilice y de la edad de los mismos. No faltan historias de gente que ha quedado varada, con su automóvil inmovilizado por una rotura, o porque su motor se ahogó intentando salir de una laguna "natural", creada por alguna lluvia copiosa o por la afluencia de cauces en un cruce.
He escuchado de historias de vehículos volcados en las cunetas y hasta que no ví algunos, no pude creerlo.
El martes pasado, pasé por al lado de una pareja que observaba con una rara mezcla de incredulidad, impotencia y se podría decir que divertimento, como su vehículo (un Volkswagen Gol de la década de los 90) reposaba semi enterrado en una cuneta, luego de volcar al intentar transitar por el borde de la calle, en un vano intento de evitar algunos de los pozos que constituyen la Avenida Eduardo Marquez Castro. Me pareció de extremo mal gusto parar a tomar una fotografía para documentar la situación, así que solo les pregunté si necesitaban una mano, a lo cual me dieron a entender que ya habían llamado al guinche y que no hacía falta que me preocupara. Hoy a la tarde, un ómnibus de COPSA (el 7E8R) sufrió las mismas consecuencias, aunque afortunadamente no tan graves (no llegó a volcar), y esta vez no me dió vergüenza de sacar una foto (se ve fea porque fué sacada con el celular y en movimiento, pero marqué el ómnibus para que se viera claramente). Y como leyeron bien, esto sucedió en una "avenida"...
Los pozos tienen diferencias de hasta 15 centímetros entre el borde y el fondo, así que no hablamos de simples "irregularidades" del terreno. Son pozos que pueden destruir un vehículo en poco tiempo, así que la mayoría de la gente suele tratar de evitar los caminos más transitados, utilizando caminos alternativos, los cuales duran lo suficiente como para que el clima mejore y la intendencia pase las máquinas (una aplanadora y una reclamadora de pavimento), las cuales una vez que pasan, dejan el camino más transitable, aunque no perfecto.
Muchas veces pasan varios días después de la lluvia para que la intendencia envíe las máquinas, y además, no lo hace en todos los caminos, sino en los más importantes. Con factores como la frecuencia de las lluvias, la disponibilidad de las máquinas, la agenda de la intendencia y la buena disposición de los operarios, creo que estamos jodidos hasta límites insospechados.
Cuando estaba Hackembruch, nos quejábamos de que no arreglaba las calles, lo cual no era de extrañarse, ya que el hombre estaba ocupado atendiendo la estación de combustible y sus otros negocios satélite... pero ahora que está Carámbula, y ya no hace un período, sino dos... ¿cual es el asunto? ¿Cuando se va a resolver el problema de las "calles" de la costa, por lo menos de las principales "avenidas"? ¿No estaba esto en la agenda de la intendencia cuando era época de las elecciones?... ¡Ah!, claro... eso fué en el primer período... no para ÉSTE período, que es el segundo. Para el primero, este muchacho se llenó la boca diciendo que iba a arreglar todo, cosa que obviamente era una de esas promesas demagógicas que suelen hacer los políticos, pero claro... como vendía "el cambio", todos se pensaron que era cierto y lo votaron. ¿Debería extrañarme?...
Saqué algunas fotos del estado de las calles en una de mis travesías por el balneario. Ni siquiera Mordor está tan destruída... (si miran bien, verán fotos del "Anduín de la costa" y de la "Quebrada del Solymar")...
En fin... podría seguir hablando horas del tema... y hasta podría sugerir soluciones al problema, pero claro... yo solo soy un ciudadano que respeta la ley y paga sus impuestos, así que estoy al fondo de la "pirámide alimenticia", por lo menos en lo que respecta a los "derechos"...
La otra es dejar de quejarme y comprarme un hovercraft... pero acá ningún comercio tiene la "visión" necesaria como para darse cuenta del mercado que hay para este tipo de vehículos en estos lugares. Además, tienen que sacarse de encima la torta de cuatriciclos que tienen a la venta, algo que se puso de moda a pesar de que no sirve para evitar los pozos, y no es más seguro que una motocicleta normal, sin importar cuantos puntos de apoyo tenga... El hovercraft sin embargo, con su suspensión "aerea" sería el vehículo más apropiado para estos parajes (Nota mental: avisarle a Motociclo...).
En fin... dicen que todo va a cambiar cuando se haga el saneamiento... pero ya ven, ¡se dijeron tantas cosas que nunca pasaron!
:wq
jueves, 2 de septiembre de 2010
Las calles de la ciudad de la costa
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