domingo, 21 de octubre de 2007

¡Hasta siempre, Francisco!

No pude conocerlo demasiado, aunque pude conversar con él alguna vez. Hablaba en italiano, así que la comunicación no era fácil, pero era una persona agradable y a pesar de las dificultades, logramos entendernos. Era un artesano habil, de esos que no suele uno encontrarse en cualquier lugar y tuve el privilegio de conocer algunas de sus obras.

Con 95 años, tenía mucha historia en su haber. Su familia no lo apreciaba mucho, sobre todo por los errores que cometió siendo más joven. No puedo juzgarlo por lo que pudo haber hecho, porque no estuve ahí cuando pasó, pero lo aprecié mucho porque él adoraba con fervor a mi hija, Valeria. Tanto es así que creemos que ella fué la razón que le dió fuerzas para vivir con ahínco en estos últimos tiempos, a pesar del deterioro que su cuerpo iba sufriendo.


Él le enseño a llamarlo "papú", y ella siempre pregunta por él y hasta lo llama por teléfono (en sus juegos) y conversa con él en su propio idioma.

Él le tenía más aprecio a Valeria que a sus propios nietos y biznietos, algo que debe dolerle a sus hijas, pero la verdad es que intentar ocultar esa realidad es como querer tapar el sol con un dedo. Y el aprecio que Valeria le sigue teniendo es algo que no admite discusión alguna. Solo de oirla hablar de él, uno se da cuenta.

De hecho, cuando el viernes nos llamaron para decirnos que él quería ver a Valeria con desesperación, creo que todos imaginamos lo que se venía. Por suerte, Ana pudo llevarla a verlo y él se quedó contento, porque cuando la vió otra vez, conversándole y diciéndole "papú, no pasa nada, está todo bien" (en su idioma de niña de dos años), él supo de alguna manera que ella no se iba a olvidar de él.

Así fué que anoche no nos sorprendió la noticia. Francisco se había ido.

Y no sé porqué, Valeria, sin saber nada, estaba inquieta y quiso dormir con la luz encendida y la puerta abierta, algo que nunca había pasado antes. Eso sí nos sorprendió, porque la noticia nos la dieron después de que esto pasara, o sea que ella se puso así en el mismo momento en que Francisco dejaba este mundo.

No sé qué extrañas leyes rigen este universo, y como soy bastante escéptico, me cuesta creer en los misterios que a veces parecen suceder alrededor de la muerte, pero hay veces en las que uno se encuentra en situaciones en las que no tiene más remedio que creer. El vínculo entre Francisco y Valeria era especial y los sentimientos que los unían no eran para ser tomados a la ligera. ¿Será que estos dos eventos que se dieron anoche están relacionados? ¿Será que el realmente veía a su madre que lo venía a buscar, cuando todo el mundo pensaba que en realidad estaba desvariando, a pesar de haber demostrado una lucidez increíble para tantas otras cosas? ¿Será que en realidad el quiso ver a Valeria el viernes para despedirse? ¿Será que estaba esperando eso para poder irse tranquilo?...

No sé qué le voy a decir a Valeria cuando vuelva a preguntar por él. Lo que sí voy a tratar de hacer es que no lo olvide. Le debo eso a él, por haber sido tan bueno con ella y por haberla querido tanto.

Y bueno, por mi parte, espero de corazón que ahora Francisco esté en un lugar mejor que este, con su madre, con su hijo, con sus seres queridos. Seré escéptico, pero no por eso dejo de desear que haya algo más del "otro lado", tanto por él como por mi mismo y por mis seres queridos.

¡Hasta siempre, Francisco!

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Gustavo Castro

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