miércoles, 26 de marzo de 2008

Transgénicos y choripanes

Los transgénicos existen desde que existe la agricultura. Las modificaciones genéticas fueron introducidas en los años 30, pero la transgenética tiene distintos puntos de vista y diferentes técnicas de aplicación. Desde el año 1972 (primera creación transgénica artificial) hasta hoy se han realizado más de 25.000 ensayos transgénicos en plantas.

La tierra es un inmenso laboratorio transgénico y creo que todos conocemos la historia del caballo que se cruzó con una burra y nació una mula... Si le vamos a creer a Darwin, todas las especies derivan de una única raiz animal, y además, compartimos el 98% de nuestros genes con los chimpancés, lo cual lleva a preguntarnos realmente si la transgenética es un problema tan grave como se lo pinta.

No se asombren... ¿qué abuelita no ha intentado hacer un cruce de flores para obtener alguna variedad específica de colores u olores? ¿Qué abuelito no ha hecho un injerto en una parra para que las uvas crezcan mejor o sean más resistentes a ciertos insectos o pestes? Claro, no se puede decir que son plantas transgénicas, porque no hay realmente transmisión genética (por lo menos en la "generación cero"), pero la realidad es que termina siendo una planta totalmente diferente, y eso sí es una modificación de la planta a largo plazo. O sea, ¡tenemos como abuelos a unos locos científicos genéticos creadores de plantas transgénicas! ¡QUE HORROR!

¿A qué viene este tema? Bueno, viene al hecho de que siendo Uruguay el noveno productor de transgénicos del mundo y no habiendo aún una clara definición del impacto ambiental real de dichos transgénicos en el ecosistema, se sigue tratando de dar por tierra con la investigación sobre transgénicos y con los potenciales avances derivados de la misma, aunque no se evita el consumo, porque como no se sabe bien de qué se trata, solo salen los ambientalistas (si, como esos que hay en Gualeguaychú) a decir lo que se les ocurra para hacer cambiar de opinión a los desprevenidos consumidores, que tienden a creer que cuando comen una planta transgénica, pueden resultar víctimas de alguna mutación extraterrestre (igual a la que les puede pasar si comen muchas cosas calentadas en hornos de microondas...).

Por ahí anda la gente diciendo que las modificaciones genéticas en las plantas son cuestiones "frankesteineanas" y se imaginan un ejército de plantas carnívoras capaces de dejar a Audrey II (la linda plantita de aquella genial película llamada "La tiendita del Horror") como una pobre e indefensa mata de jardin.



Es cierto, potencialmente, los transgénicos pueden convertirse en un problema. Por ejemplo, una flor transgénica diseñada para ser inmune a cierto tipo de pesticida podría accidentalmente "polenizar" otra planta capaz de incorporar dicha inmunidad y convertirse en una "super maleza", capaz de ser dificil de erradicar y perjudicar el medio ambiente. Supongo que la idea de aislar y controlar los campos de cultivos de transgénicos capaces de semejante hazaña tecnológica no se les ocurrió... (en Uruguay no se hace).

Por ahí también están los intereses de las empresas que crean las variantes transgénicas de semillas resistentes a ciertos tipos de antibióticos, pesticidas y plagas. Por ejemplo, Monsanto (una de las empresas productoras de transgénicos más importantes del mundo, aunque no la única, dado que también están en la lista Novartis, BASF y Bayer, para citar algunos nombres conocidos) genera una variedad de semillas que resisten los pesticidas de su propia marca, lo cual es una ventaja para ellos porque pueden vender las semillas y el pesticida "haciendo juego". Claro, supongo que cobran más caras esas semillas que las naturales...

También dicen que los transgénicos no deben usarse para alimentarse, porque pueden generar alergias, problemas de salud y hasta cancer. La realidad es que hasta ahora no hay ninguna prueba de que semejante cosa pueda suceder. Y supongo que nadie se puso a investigar a fondo los procesos alimenticios, la forma de asimilación metabólica (desde la ingesta del alimento, hasta la nutrición celular, que incluye el procesamiento de las moléculas de ácidos grasos, glucosa y aminoácidos provenientes de los alimentos para obtener así, (luego de la decarboxidación, la fermentación, la glucosis, el ciclo de Krebs y toda esa basura que nos explicaron en la clase de biología) la energía que necesitamos) para saber si un vegetal modificado genéticamente puede llegar a generar algun problema real e identificable. Seguro sale bastante caro hacer eso...

¿Mencioné que en algunas especies transgénicas de maiz y soja se utilizan genes de escorpiones, polillas, bacterias, virus y hasta ratas? Claro, las razones no quedan del todo claras para el consumidor, así que cunde el pánico por todas partes, al igual que cuando se habla de la clonación, y la gente empieza a fantasear con gente clonada que tiene los recuerdos y sentimientos de la persona original, pero que actúa según un plan malévolo implantado por los clonadores...

¿Le preocuparía convertirse en un depredador implacable por haber consumido un pan hecho con maiz transgénico al que se le implantó un gen de tiburón, que en realidad tiene la capacidad de hacerlo inmune al cancer? (en realidad el hecho de que los tiburones no sufran cancer es mentira, pero mucha gente no lo sabe aún, y si cree en lo primero, ni modo que no crea en lo segundo...)

Tal vez el miedo más grande que hay al respecto de la alimentación con transgénicos es el producido por la posible asociación entre los nutrientes de los mismos con enfermedades raras como el mal de las vacas locas (una enfermedad generada por un prión, quien básicamente es una proteína patógena capaz de "infectar" a otras proteínas no patógenas) y cuyo mecanismo de infección no depende de un organismo real (en el sentido estricto de esa palabra), sino que se trata de un componente elemental capaz de enfermar (no se trata de una bacteria ni de un virus, sino de una proteína anómala, lo cual hace que sea muy dificil de detectar e imposible de curar).

Hay una enfermedad parecida a la de las vacas locas pero que ataca al hombre solamente, denominada "kuru", pero de la que no se ha hablado demasiado. Debe ser porque esta enfermedad proviene de los hábitos alimenticios de los caníbales de Papúa, en Nueva Guinea. ¿Será que en realidad somos transgénicos y que no deberíamos alimentarnos de nosotros mismos?...

En fin... mucho se habla de los transgénicos y nada claro sale al respecto. Si son malos o son buenos, no se sabe, aunque el uruguayo, opinólogo por definición, parece decantarse por la simple y llana ignorancia al respecto, como casi siempre y en casi todo, pero sin dejar de opinar. En Europa, por lo menos hicieron algo decente, que es crear una organización (Co-Extra) que investigue científicamente todas las cuestiones relacionadas con los transgénicos, empezando por la trazabilidad de los cultivos (para asegurar que se pueden etiquetar los mismos una vez procesados para ser comercializados y de esa forma permitir a los consumidores el poder seleccionar sus consumibles, alimentando esa falsa idea de seguridad que todos adoramos) y llegando hasta las implicaciones éticas.

Nosotros en cambio, mientras siga habiendo choripanes "colesteroligénicos" en los carritos de 18 de Julio, no sé de qué graves males nos preocupamos realmente.

Salu2

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es interesante tu punto de vista. Y precisamente por eso que tu dices, que no se sabe nada respecto a las implicaciones a mediano-largo plazo para la salud del ser humano es que debemos de al menos, tener la posibilidad de elegir, sabiendo cuales alimentos de los que consumimos son transgénicos y cuáles no, el etiquetado es la herrmienta.

Un detalle importantísimo que se le escapo mi amigo, el cual es muchísimo más tangible que el que desarrollo, es el de las implicancias a nivel medio ambiental que tiene el cultivo de alimentos transgénicos con su paquete tecnológico (semillas y agroquímico-tóxico). Fíjese no más en el Hospital de Niños de la Provincia de Misiones, Argentina. Para más info. sobre esto le dejo un link de nuestro blog: http://delagro.blogspot.com/2010/03/la-verdad-de-la-soja.html

Arriba y que la comodidad disfrazada de duda no nos aplaque el ánimo!!! SaluT!

 
Gustavo Castro

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